Blanqueamiento dental

En este blog vamos a explicar algunos de los puntos que originan dudas en torno a este tratamiento, según lo que nos preguntáis en la consulta. 

El blanqueamiento dental es uno de los tratamientos de estética más demandados, porque consigue importantes cambios en relativo poco tiempo y respetando mucho la integridad de nuestros dientes. Aun así, hay muchas preguntas en torno a este tratamiento: 

  • ¿Cuándo se puede hacer un blanqueamiento dental? 
  • ¿En qué consiste realmente el proceso de blanquear los dientes? 
  • ¿Tiene algún efecto secundario? 
  • Vemos en revistas y televisión unas sonrisas muy blancas y perfectas, ¿conseguimos ese resultado solo con el blanqueamiento? 
  • ¿Qué son los productos o técnicas de blanqueamiento que nos dicen que podemos hacer en casa? 

En esta entrada de blog vamos a responder a todas estas preguntas, pero recordad que como todos los tratamientos dentales hay aspectos que no se pueden generalizar, y deben de ir adaptados a cada uno de nosotros. Cualquier duda que tengas te la resolvemos encantados en nuestra consulta. 

Todos los tratamientos que ejemplificamos  con  imágenes en este blog han sido realizados en “Clínica Dental Dr. Sanz”, por la dra. Elena Sanz. 

¿Cuándo se puede hacer un blanqueamiento dental? 

A priori, la respuesta a esta pregunta sería SIEMPRE o CASI SIEMPRE. Realmente lo que nos limita a la hora de realizar un blanqueamiento dental es más saber cuál es el objetivo que perseguimos, y determinar si realmente con este tratamiento lo vamos a alcanzar, más que el hecho de que no pueda realizarse. De todas formas, hay una serie de limitaciones que debemos tener en cuenta: 

  • Los productos de blanqueamiento dental SOLO actúan sobre nuestro propio diente natural. 

Esto significa que, si por ejemplo, llevamos carillas hechas anteriormente, u obturaciones (el nombre técnico de los “empastes”), no van a cambiar de color. Igual si llevamos fundas sobre nuestros dientes, o nos hemos puesto un implante. 

  • Necesitamos un BUEN ESTADO DE SALUD BUCAL. 

Es decir, no podemos hacer un blanqueamiento en dientes que tienen caries o infecciones, o si tenemos un problema en las encías en el momento. Siempre se deben tratar antes todos los problemas o patologías, y lo último el tratamiento de blanqueamiento. Hay que realizar lo primero una consulta para ver cómo se organizaría el tratamiento global de manera que se pueda adaptar a cada caso. 

  • Determinados tipos de TINCIONES. 

Es muy importante resaltar que los dientes pueden oscurecerse por distintos motivos. En líneas generales, podemos hablar de factores extrínsecos, es decir, tinciones que vienen de fuera, como el consumo de alimentos que tiñen más o fumar, o factores intrínsecos, aquellas que vienen desde “dentro” del diente, como una infección que causa cambios en el color del diente. Hay que realizar un análisis previo al blanqueamiento para evaluar porque se han teñido los dientes, y en función de ello diseñar un plan de tratamiento adaptado a casa situación. Habrá casos en los que el blanqueamiento sea la mejor opción, otros en los que puede incluso no ser necesario y baste hacernos una “profilaxis o higiene dental”, comúnmente llamada “limpieza de boca”, y también puede darse la situación que determinadas tinciones tengamos que recurrir a otros tratamientos para conseguir el color blanco deseado, y combinarlo con el blanqueamiento. 

  • Qué queremos CONSEGUIR con el blanqueamiento. 

Es muy importante delimitar los límites que puede presentar este tratamiento, como cualquier otro. En el blanqueamiento influimos estrictamente en el color de nuestros dientes, nunca en la forma o la posición en la que se encuentran. Puede darse el caso que lo que realmente favorezca para mejorar la estética de nuestra sonrisa sea alinear mejor los dientes, más incluso que blanquearlos. Y también, hay que saber que el blanqueamiento aclara nuestros dientes hasta su tono natural más blanco, es decir, el límite está en nuestros dientes no en el producto que utilizamos. Llegado un momento, puede no conseguirse un efecto mayor aunque sigamos con el tratamiento, y si buscamos un color aún más blanco de nuestros dientes necesitaremos recurrir a otro tipo de tratamiento.  

Estas limitaciones que existen en el tratamiento del blanqueamiento las valorará el profesional dental que nos atiende, y formulará un plan de tratamiento más adecuado a lo que buscamos, de ahí la importancia de la CONSULTA INICIAL. 

¿En qué consiste el proceso de blanquear los dientes? 

En primer lugar, aquí hay que resaltar, como ya incidíamos anteriormente, que el blanqueamiento lo que realmente consigue es aclarar los dientes. Es decir, eliminar las tinciones que se han ido acumulando con el tiempo para conseguir devolver a los dientes el color más blanco inicial que teníamos. 

Las partículas que tiñen los dientes son cadenas moleculares más complejas que no reflejan la luz y dan la percepción de un diente más oscuro. El peróxido de hidrógeno, que es el producto blanqueante que utilizamos en distintas concentraciones, rompe esas cadenas largas en cadenas más cortas, y de esa manera favorece un mayor reflejo de luz causando la sensación de un diente más blanco. Dicho de otra manera, el peróxido de hidrógeno actúa como un oxidante dentro del diente. 

Es importante utilizar una concentración adecuada del producto blanqueador, peróxido de hidrógeno y peróxido de carbamida, de manera que se consigan resultados blanqueantes pero sin causar daño en la estructura del diente o en otras zonas de la boca. 

En nuestra consulta utilizamos habitualmente lo que denominados “tratamiento combinado”. Esto quiere decir que utilizamos dos tipos de concentraciones del peróxido de distinta manera, para lograr un efecto mayor y más duradero. 

Blanqueamiento en la consulta

Para realizar el blanqueamiento en la consulta, que habitualmente tiene una duración de 45 minutos a 1 hora, utilizamos una concentración mayor de peróxido de hidrógeno que colocamos únicamente sobre los dientes, asegurándonos de que no entre en contacto con ningún otro tejido de la boca, como las encías o la lengua. Esta primera parte del blanqueamiento favorece un aclaramiento más rápido, pero debe usarse con precaución y controlando en todo momento el efecto, para no causar sensibilidad, que es el efecto secundario más común en el blanqueamiento como veremos más adelante. 

Blanqueamiento ambulatorio, o blanqueamiento en casa 

Para esta fase del blanqueamiento confeccionamos unas férulas perfectamente adaptadas a la morfología de los dientes de manera individual para cada paciente, que deberán utilizarse para poner en contacto el agente blanqueante con el diente. En estos casos se utiliza una concentración inferior de peróxido de carbamida, que debemos dejar actuar durante más más tiempo y durante varias semanas. Así logramos aumentar el efecto de aclarado de los dientes y que este sea más duradero. 

¿Tiene algún efecto secundario? 

El blanqueamiento dental es un tratamiento de estética muy solicitado también porque no tenemos que “tocar” los dientes de ninguna manera para realizarlo. Es decir, no es un tratamiento irreversible, como sí lo serían por ejemplo en la mayoría de los casos las carillas, o siempre lo son las coronas. Estos tratamientos consiguen influir en más parámetros estéticos, pero a costa de perder más o menos estructura del diente. 

Cuando el blanqueamiento dental se realiza adecuadamente en principio no tiene por qué tener efectos secundarios a largo plazo. Sí que se ha observado, a corto plazo, que mientras estamos realizando el blanqueamiento puede aumentar la sensibilidad dental, especialmente en aquellas personas que ya la presentaban inicialmente o tienen mayor propensión a padecerla, pero esta circunstancia a menudo se resuelve de manera espontánea cuando terminamos de realizar el blanqueamiento. Además hay procedimientos y técnicas que nos permiten controlar y reducir la sensibilidad dental. 

Por otro lado, es importante controlar el tratamiento de blanqueamiento dental, también cuando se está realizando el llamado blanqueamiento ambulatorio, con revisiones periódicas en la consulta, para confirmar que no se están causando daños a otras estructuras al usar el producto blanqueante. 

Imagen que contiene foto, cepillo de dientes, alimentos, cerca

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Vemos en revistas y televisión unas sonrisas muy blancas y perfectas, ¿conseguimos ese resultado solo con el blanqueamiento? 

En este punto debemos tener cuidado de analizar bien lo que vemos. En algunos casos, dependiendo de la situación inicial, o que es lo que haya causado el problema estético que percibimos, los resultados de una sonrisa “perfecta” no se consiguen solo con el blanqueamiento dental. En muchos casos, por ejemplo, están unidos a tratamientos de ortodoncia o de carillas. Estos son un tipo de tratamientos de estética combinados también muy demandados y con buenos resultados, pero hay que entender que no es exclusivamente el blanqueamiento dental. 

En el caso de los tratamientos de ortodoncia, conseguimos alinear los dientes en primer lugar, dando una apariencia más armónica a la sonrisa. Además, al conseguir unos dientes bien posicionados favorece que los efectos del blanqueamiento que se realice a continuación tengan un efecto a más largo plazo, dado que favorece la higiene dental diaria. Esto es, evitamos que una malposición de los dientes cree zonas de difícil acceso para el cepillado, y por tanto que se produzcan tinciones extrínsecas que, si bien se eliminarían con una profilaxis dental, puede llegar a ensombrecer los resultados del tratamiento de blanqueamiento. 

Por otro lado, un tratamiento combinado de carillas y blanqueamiento, en los casos en los que está indicado, ofrece una gran ventaja. Como hemos comentado anteriormente en este blog, hay veces que buscamos una tonalidad blanca en los dientes que no se puede lograr exclusivamente con el blanqueamiento dental y que necesita de otro tratamiento complementario. Sin embargo, si realizamos primeramente el blanqueamiento dental logrando una tonalidad más blanca en nuestros dientes, y posteriormente las carillas, estas precisarán de menor grosor de material para lograr el efecto deseado, y necesitaremos menos preparación dentaria, realizando así un tratamiento más conservador. 

¿Qué son los productos o técnicas de blanqueamiento que nos dicen que podemos hacer en casa? 

A esta pregunta hay dos respuestas posibles. Por un lado, recordar cómo hemos comentado anteriormente que hay un blanqueamiento ambulatorio que se realiza con control del profesional odontólogo en casa, mediante la confección de férulas adaptadas y utilizando generalmente como base de agente blanqueante el peróxido de carbamida. Esto es diferente de otros sistemas que puedan realizarse sin control del odontólogo, y que se han podido promover en distintas redes sociales y con los que hay que extremar la precaución, dado que pueden ser dañinos para nuestra salud. 

También existe una amplia gama de productos blanqueantes en forma de geles dentífricos y colutorios comercializados. Respecto a estos productos, en España hay que hacer una aclaración respecto a su composición. La concentración de peróxido de hidrógeno necesaria para lograr un efecto blanqueante solo puede distribuirse por legislación en las clínicas dentales. Si bien puede haber productos con concentraciones de peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida comercializados en otros países, en principio no pueden adquirirse en España. La mayoría de los “efectos blanqueantes” que se promocionan en dentífricos o colutorios actúan de forma distinta a como hemos explicado anteriormente en este blog. Son productos que contienen partículas más o menos abrasivas, que sin dañar nuestros dientes retrasan o disminuyen la acumulación de sedimentos en los dientes que dan una apariencia más oscura a nuestros dientes, y que habitualmente pueden eliminarse mediante una higiene o profilaxis dental. En nuestra consulta sí podemos recomendar el uso de este tipo de productos de higiene dental después de haber realizado un tratamiento de blanqueamiento como un método que busca alargar sus efectos en el tiempo, pero hemos de recordar que no consiguen por si solos el efecto blanqueante que a menudo buscamos.

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